Pisar.

¿Cómo puedo explicarte desde donde te siento?
Puede que no se entienda,
tal vez sea irracional...
O solo verdadero sentimiento.
Mas allá de la piel,
que nos logra estremecer.
Mas allá de la sangre
que puedo y derramaría por vos.
Mas allá de mi mente
que te tiene prisionero, sin salida.
Te siento mas allá.
Donde me duelen los recuerdos,
los buenos y por igual los malos.
La tierra, el pasto, el aire, el humo
y el cemento que contuvo nuestro andar.
Te siento y no preciso
esclavizarte en mi piel.
No necesito que seques mi gotas de sal.
No quiero atarte los pies con los errores
ni las manos con las promesas.
Te siento tan profundo,
que también me pesa sentirte.
Porque en ese lugar
no se miden las dimensiones, ni la cantidad.
Te siento en el sabor, en el olor,
en la quietud que aprendí a descubrirte.
En lo puro, donde no hay parámetros,
ni psiquis, ni parecidos, ni inmunidad.
Te siento ahí,
donde nadie te sentirá jamás.
Y te siento hoy mas que nunca,
porque siento lo que ya no veo,
lo que no captan mis sentidos.
Te siento hoy más que nunca,
en ese extraño lugar,
donde hoy, solo eres vacío.

Director.

Al borde de piedra y brea,
bajo la orquesta de furia
se refugia en la locura,
de la locura.
Mira a tras luz la realidad
cortando en el aire hilos,
entretejiendo una historieta,
su historieta.
Es un rato actor
y otras muchas director.
De papel y tinta llena almas,
crea almas.
Tarda mas de siete días
inmaculando su barro asolado.
Infante que no ha de llorar,
no sabe llorar.