Primero una charla,
Unas cuantas palabras no del todo ciertas
y un interés engañoso.
Aparecen como personajes de un cuento mezclado con realidad:
un inventor de historias y un comprador que finge credibilidad.
Después de un apretón de manos, solo queda ir por más.
Sorprendentemente no cualquier inventor puede lograr su cometido,
pese a la predisposición mutua…
¿Quién sabe como funciona?
O como simplemente no funciona…
Esas son cosas que a todos nos ha pasado y no puedo explicar.
Pero si es así, aparece la ilusión, esas pavadas mentirosamente tiernas…
O bien la fuerza animal consensuada... dos opuestos, a causa de infinidades de factores, que hoy no contaré.
Y ahí sucede la mayor rareza humana:
de la puerta en adelante, no hay reglas.
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